Después de varios meses de no haber actualizado este blog, hoy me dieron ganas de contarles dos anécdotas, historias o no sé como prefieran llamarles. Ambas ocurrieron mientras esperaba a que el semáforo se pusiera en verde (días distintos, semáforos distintos), es decir, en menos de 3 o 4 minutos pasaron estas cosas.
El viejito
La primer anécdota ocurrió subiendo la calzada independencia desde el rio nuevo, hacia la calle del hospital, casi llegando al 7/11. Iba subiendo la calzada y el carril derecho por el que yo iba, no avanzaba y no sabía por qué (me toco esperar 3 semáforos rojos). Avanzaron los carros y subí un poco más, ahí fue cuando me di cuenta que se le quedo la camioneta a un morro, la trataba de empujar y no podía, se miraba que estaba pesada.
El morro trataba de empujar y apenas podía moverla unos cuantos centímetros, estaba sudando como puerco, y es que ese día estábamos como a 38 grados centígrados. Desesperado el morro porque la gente le pitaba y le pitaba para que se moviera, seguía empujando pero no podía. En eso iba pasando un tipo y el morro le pidió ayuda. El tipo voltea, mira al morro, gira la cabeza, baja la mirada hacia el piso y se hace pendejo y se va.. Pasa otro tipo y hace lo mismo, ambos se miraban normales y bien vestidos, pero al parecer con un chingo de prisa como para no poder perder unos 2 o 3 minutos en ayudarle al morro a empujar la camioneta hacia la orilla donde no estorbara a la circulación.
En eso el semáforo se pone en verde, me cambio de carril y empiezo a avanzar. Mientras avanzaba volteé para donde estaba la camioneta del morro y veo que alguien al fin le empieza a ayudar, me quedo viendo y me sorprendo por quien le estaba ayudando.
Era un viejito que se la pasa por esas calles pidiendo dinero. Es viejo, barbón, sucio, con problemas para caminar y con un brazo que no puede mover bien, es decir, todo lo contrario a los dos tipos a los que el morro les pidió ayuda.
No sé qué paso al final, pero espero que el morro le haya dado aunque sea para una soda y un taco al viejito, se lo merecía.
El loco.
La segunda anécdota igualmente ocurrió sobre la calzada independencia, pero esta vez en el semáforo de la Anáhuac frente a la vieja estación de autobuses (de Oeste a Este). Me toco ser el primero en el semáforo y me quede viendo hacia donde está el restaurante de comida china que está en la esquina. En eso mi vista 20/20 con zoom master pro detecto a una muchacha con el pelo güero de buen ver y muy bien vestida, sí, estaba bien buena. Que digo buena. ! Rebuena!
La seguí con la mirada y veo que se le acerca un tipo de los tantos que piden dinero por esos rumbos, nomas que este ya quedo loco, no sé si por la droga u otra cosa, pues siempre que me lo topo por la calle va hablando solo y ni siquiera se entiende lo que está diciendo el cabron. La muchacha avanzaba y el tipo se le acercaba mientras le decía cosas y le hacia señas con las manos.
La muchacha llega hasta donde estaba el tipo y le saca la vuelta, el le seguía diciendo cosas mientras la muchacha se alejaba, el se quedo en un solo lugar y la muchacha avanzaba mientras el seguía diciéndole cosas y haciéndole señas con las manos. La muchacha seguía avanzando rápidamente hasta que llego a una taquería y pidió algo.
En eso el semáforo se pone en verde y empiezo a avanzar, paso por un lado de la taquería a donde llego la muchacha y veo que le dieron un plato, se sale del puesto y empieza a hablarle al tipo loco. Después de eso ya no supe que paso porque seguí avanzando hacia el puente. Pero a como vi la muchacha le compro comida al tipo loco y pensé: “Orale! Qué buena onda de la muchacha, hizo su buena acción del día” en menos de 3 o 4 minutos.
Y para concluir solo me gustaría decirles que pongan un poquito de atención a lo que pueden ver alrededor de ustedes mientras esperan el cambio de luz de los semáforos, pues muchas veces se pueden topar con alguna situación que los alegre un poco mientras van a su trabajo o de regreso a casa. Y obviamente tampoco hay que olvidar que estamos en un semáforo que cambiara de un momento a otro para no causar algún accidente.
Muy buenas las dos anecdotas, los cachanillas siempre nos habiamos caracterizado por el don de gentes y el espíritu de ayuda mútua, que parece que con el rtiempo se ha ido perdiendo. Muy buen ejemplo de que la cordialidad todavia esta presente entre nosotros. Animo y adelante.
Pero igual que los demas, no le ayudaste al pobre muchacho a empujar su auto.
Obvio, estaba manejando y haciendo un semaforo, no me puedo bajar y dejar el carro ahí parado en medio de la calle.
El pretexto de todos. Maneras hay.
Pues si, pero a ambos los ayudaron.
qe buena honda.y pq no te bajaste a echarle la mano al morro,pq no te orillaste y le preguntaste a la morra si todo estaba bien.hubiera echo su obra del dia
y se prenden las intermitente se proteje el vehiculoy se baja ayudar
Porque a ambos ya los ayudaban.
Estoy hablando de las buenas acciones de otras personas mientras hacia un semáforo, no de porque no ayude yo.